De acuerdo con los datos recopilados por SOLCA (Sociedad de Lucha contra el Cáncer), uno de cada tres cánceres diagnosticados en el mundo es de piel.
La protección solar es un tema crucial que afecta a la salud y el bienestar de las personas en todo el mundo. Por esta razón en ésta época vacacional, en la que la mayoría de personas se exponen más a los rayos solares, es fundamente concienciar sobre el uso de protectores solares para evitar enfermedades graves, ISDIN destaca la relevancia del usar fotoprotectores diariamente.
Los fotoprotectores son aliados esenciales para mantener una piel saludable en cualquier entorno. Su uso regular reduce significativamente el riesgo de contraer cáncer de pie
l, retrasa el envejecimiento cutáneo, protege contra las quemaduras causadas por la exposición a los rayos UV y previene la aparición de manchas indeseadas.
¿Qué debes verificar cuando usas un protector solar?
Los expertos en dermatología recomiendan el uso de fotoprotectores con Factor de Protección Solar (FPS) 50, los cuales han sido probados dermatológicamente y se caracterizan por ser no comedogénicos e hipoalergénicos.
"Los productos que utilizamos para el cuidado de la piel deben garantizan una protección eficaz sin obstruir los poros ni causar alergias en la piel sensible", afirma Paola Cardenas Dermatóloga de ISDIN.
Es fundamental tener en cuenta que la protección solar debe ser una rutina diaria. Se recomienda aplicar generosamente el fotoprotector sobre la piel seca o mojada, al menos media hora antes de la exposición solar. Además, es necesario replicarlo cada 2 a 3 horas, así como después de transpirar, nadar o secarse con la toalla, agrego.
Además de acuerdo con los datos recopilados por SOLCA (Sociedad de Lucha contra el Cáncer), uno de cada tres cánceres diagnosticados en el mundo es de piel. Por ellos es fundamental promover la investigación, la concienciación y la acción social para una prevención efectiva y para reducir el riesgo de padecer esta enfermedad.
ISDIN puntualiza en que las cremas solares desempeñan un papel crucial en la protección de la piel contra los daños a largo plazo, como las arrugas y las quemaduras solares.