Crisis Migratoria en Venezuela
En
la actualidad, casi medio millón de niños y niñas necesitan asistencia.
El
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia pide a los países de acogida y de
tránsito que protejan a los niños migrantes y refugiados contra la
discriminación y garanticen su acceso a los servicios sociales
foto cortesía: Unicef.
NUEVA YORK/PANAMÁ, 5 de abril de 2019 – Como resultado de la crisis migratoria en Venezuela, se estima que 1,1
millones de niños y niñas –entre ellos los que han salido del país, así como
los que regresan a sus países de origen y los que viven en comunidades de
acogida y de tránsito– necesitarán protección y acceso a los servicios básicos
en toda la región de América Latina y el Caribe en 2019, dijo hoy UNICEF[1]. Esto representa un
aumento proyectado con respecto a los casi 500.000 niños que necesitan ayuda
hoy. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia pidió a los gobiernos que
protejan los derechos de todos los niños y niñas, incluidos los migrantes y refugiados,
y que garanticen su acceso a los servicios esenciales.
Además, organizaciones y aliados humanitarios estiman que
aproximadamente 4,9 millones de personas en la región –especialmente en países
como Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Panamá, Perú y Trinidad y Tobago–
necesitarán asistencia este año debido a las condiciones políticas y económicas
que imperan en Venezuela, y que están desencadenando esta migración regional.
“UNICEF se siente alentado por los esfuerzos de los
gobiernos para hacer frente a los problemas que plantea la migración a gran
escala mediante la búsqueda conjunta de soluciones regionales que estén en
consonancia con las normas internacionales y las leyes nacionales, como es el
caso del protocolo adoptado por Ecuador para proteger a los niños en situación de movilidad humana”, dijo María Cristina Perceval, Directora Regional de UNICEF para América
Latina y el Caribe.
Sin embargo, es evidente que mientras persista la crisis
en Venezuela y el número de migrantes siga aumentando, algunos servicios
esenciales como la protección, la atención de la salud y la educación sufrirán
una merma cada vez mayor en los países de acogida y de tránsito.