Entrevista
Pablo Dubois
Level3
Su compañía – Level 3, proveedor global de servicios de red – produjo recientemente
un informe sobre amenazas que reveló que un 12 por ciento de los ataques
de Denegación Distribuida de Servicio (DDoS) están dirigidos a Latinoamérica, y
que dicho número está creciendo. ¿Qué son los ataques DDoS/qué impacto tienen? ¿A
quién apuntan los atacantes? ¿Por qué está creciendo la cantidad de ataques en
toda América Latina.
Un ataque DDoS tiene lugar cuando múltiples
sistemas inundan el ancho de banda o los recursos de un sistema objetivo, tales
como servidores web, computadoras personales o de trabajo, dispositivos móviles
o cable módems. Las culpables de este tipo de ataques a menudo son las redes
robóticas (Botnets), un grupo de programas conectados a Internet que residen en varios
dispositivos que se comunican entre sí para ejecutar las tareas. Las botnets son
las encargadas de ejecutar una variedad de acciones perjudiciales, incluyendo
la exfiltración de datos, la distribución de software malicioso (malware), el robo
de información personal y de propiedad intelectual, y los ataques DDoS.
Los ataques DDoS a menudo son dirigidos contra entidades que dependen de sus servidores
web para funcionar, por ejemplo sitios de juego o páginas de venta minorista. Pero los actores maliciosos pueden programar sus botnets
para lanzar un ataque DDoS dirigiéndolo contra cualquiera que tenga un servicio
conectado a Internet. El único requisito es la infraestructura. Los malos
actores necesitan de un ejército de bots y del objetivo conectado a Internet
para atacar.
El
incremento de la población en los países y del acceso a dispositivos conectados
a Internet juega un rol muy importante aquí. Más gente y más dispositivos
equivalen a más objetivos para la actividad maliciosa y más víctimas con
dispositivos comprometidos. En América Latina, por ejemplo, hemos visto un
crecimiento exponencial de los dispositivos conectados a Internet. Leo un
reporte citando que tenemos al menos dos dispositivos conectados por persona en
América Latina. Eso les provee a los hackers más oportunidades que hace unos
años.
¿Qué
países de América Latina enfrentan un riesgo mayor para estos tipos de ataques?
¿Por qué?
Según los resultados de nuestra investigación, los países
con la mayor cantidad de víctimas son: Brasil, Argentina, México, Venezuela y
Chile, en ese orden. Estos cinco países representan el 80 por ciento de las
víctimas C2 en América Latina. Los servidores de comando y control, C2, son los
cerebros de la operación maliciosa. Los C2 emiten las instrucciones a las
máquinas infectadas, las Bots, para que ejecuten un ataque.
Como América Latina continúa invirtiendo en mayor
infraestructura, los malos actores han llegado a reconocer la oportunidad y
están intentando sacar ventaja dirigiendo más botnets y C2 en la región. Muchas
compañías globales, multinacionales tienen operaciones en Latinoamérica. Si sus
controles de seguridad no son tan robustos o uniformes como en otras regiones, esto
puede convertirse en la puerta de entrada para que un atacante acceda a la
infraestructura global de la compañía. Adicionalmente, América Latina es uno de
los mercados con el crecimiento más elevado de medios online – redes sociales,
video, streaming. Existe una base enorme de usuarios finales. Más dispositivos significan
más oportunidades para encontrar y explotar vulnerabilidades.
¿Qué están haciendo los gobiernos para lidiar con el
creciente escenario de ciberataques?
Los gobiernos están
tomando medidas para proteger su infraestructura y a sus ciudadanos. No hace
falta decir que la información confidencial y nacional de carácter sensible de
los gobiernos debe ser protegida, sin embargo, la cuestión es muchísimo más
amplia. Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad frente a nuestra postura
sobre la ciberseguridad en el trabajo y en los hogares. La gobernanza de la seguridad
es un tema continuo. Ninguno de nosotros puede marcar un casillero y seguir
adelante. Debemos estar atentos para evaluar nuestro riesgo y tolerancia frente
a la seguridad, de manera consistente.
Una de las formas que tienen
las empresas para lograr este objetivo es a través de la colaboración entre
todos los sectores; compartiendo la información sobre la amenaza en sí misma,
no las víctimas. En América Latina por ejemplo, estamos trabajando con los
líderes de seguridad para implementar un sistema para compartir información
accionable que las empresas puedan utilizar para auto-protegerse. Este abordaje,
conjuntamente con otros Proveedores de Servicios de Internet, fabricantes de hardware y software, para compartir información, nos
ayuda a anticiparnos a las amenazas y a trabajar para frenar a los atacantes antes
de que puedan avanzar.
Usted tiene base en Argentina –¿qué está haciendo el
gobierno argentino en particular para lidiar con esta amenaza? ¿Cree usted que otros
países de Latinoamérica deberían imitar este modelo como un buen ejemplo
respecto de qué hacer?
Sabe, es interesante. En
1994, Argentina fue uno de los primeros países en formar un CSIRT[1]
nacional. Trabajamos en eso, y en 2011 comenzamos a operar bajo la órbita del Programa
Nacional de Infraestructuras Críticas de Información y Ciberseguridad (ICIC).
Recientemente el ICIC, en conjunto con varios organismos, instituciones
académicas y el sector privado, desarrolló un documento preliminar para una
Estrategia Nacional de Ciberseguridad. Está a la espera de su aprobación por el
organismo gubernamental correspondiente.
Otros países de la
región, por ejemplo Brasil y Colombia, cuentan con una Estrategia de
Ciberseguridad equivalente donde cada uno de estos países emplea sus propias
definiciones y límites de acción a nivel país para la seguridad. ¿Qué significa
esto para la región? Creo que demuestra el compromiso de todos con la
ciberseguridad y la implementación de herramientas que nos darán mayor
seguridad, pero también considero que demuestra una gran área de oportunidad
para que todos nosotros aunemos esfuerzos en la creación e implementación de
una visión común para toda Latinoamérica.
¿Qué significa esto para las empresas de los Estados
Unidos radicadas en América Latina o que están analizando hacerlo? ¿Deberían
ser cautelosos?
No. El clima de negocios
en Latinoamérica nunca ha sido mejor. América Latina ofrece una riqueza de
oportunidades a los negocios de los Estados Unidos. Si hay algo que hemos
aprendido, es precisamente que los cibercriminales no conocen de límites ni
fronteras. No importa el lugar donde tenga su negocio, lo que importa es el
modo de hacer negocios. Yo le aconsejaría a cualquier compañía, independientemente
del lugar hacia donde quieran expandirse, que se aseguren de que exista una
postura uniforme de seguridad global comprobada.
Hoy en
día, algunas organizaciones protegen su infraestructura a través de una
complicada infraestructura de firewalls y dispositivos especializados de
seguridad, creando puntos de vulnerabilidad y cargas operativas que pueden
verse exacerbadas ante la falta de personal de seguridad. Un abordaje con
múltiples tecnologías requiere monitoreo y mantenimiento de cada dispositivo.
Esto sumado a la falta de integración tecnológica hace que el día a día de la
gestión de las amenazas se convierta en un verdadero desafío, uno que pone a
las compañías en riesgo.
Invitaría
a las organizaciones a dar un paso hacia atrás y a ejecutar una evaluación de
riesgo identificando las áreas que presentan mayores amenazas. Otra área a
considerar es la seguridad basada en la red, que posibilita un verdadero ‘clean
pipe’ y la capacidad de instalarse con otras soluciones de seguridad, como los
firewalls y la prevención de pérdida de datos. Finalmente, las organizaciones
necesitan una visión de su ecosistema de amenazas. Entender quiénes son los
atacantes y qué información es la que procuran obtener nos ayudará a prevenir los ataques
y a abordar las vulnerabilidades en el sistema de ciberseguridad.
[1] CSIRT (Computer Security Incident Response
Team, Equipo de Respuesta
ante Incidentes de Seguridad)
[1] CSIRT (Computer Security Incident Response
Team, Equipo de Respuesta
ante Incidentes de Seguridad)